Alguien me despertó una mañana,
juntos tomamos café,
y pan con susurros
de no sé qué;
a veces nos
entendemos,
hablamos hasta el
amanecer
y jugamos en el descuido de los sueños.
Ayer le vi bañándose en
la lluvia,
lanzándole lodo a otro
niño en la calle.
Alguien no es un extraño,
se parece a mi abuelo,
sentado en un taburete
con su pantalón desteñido
y amarrado a su cintura con
un curricán,
con su torso desnudo, sus
pies descalzos,
fumando un gran tabaco.
Mientras lo miro y respiro
desaparece,
pero volando regresa de
todos lados.
Alguien y yo a veces bailamos,
en el breve espacio del
amanecer,
en el mundo de los sueños,
pero al volver poco le
recuerdo;
y regreso a esta vigilia,
siendo la tonta que olvida;
y regreso a esta vigilia,
siendo la tonta que olvida;
pero alguien sigue siendo ese;
ese consuelo que en mi ignorancia me anima.
Nurchy Barri
-1994-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario será bien recibido, gracias.