Los brazos están
extendidos,
la mirada en el vacío;
a lo lejos camina un
viejo
en un polvoriento camino,
las aves pasan anunciando
en un silbido su soledad.
Camino peregrino, solitario...
Fugaces refugios a mi
paso,
tristeza y lágrimas sin
confidentes.
Otros regresan de la
distancia
con sus presencias
efímeras,
y el lago por las noches
se ríe de mí.
Antiguo, viejo camino peregrino,
entre flores y hojas
secas,
llevo mis tristezas y alegrías,
y todos, y ellos nunca están.
Unar Idycula
- 1995-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario será bien recibido, gracias.