viernes, 26 de julio de 2019

CONVERSANDO CON TRÍNITY. La Fuente Primordial Vs. La Fuente Matrix. Crónica Nº 6. Sin Sospechas de Peligro




Unar apareció en aquella esquina, cuando yo ya me disponía a regresar a mi casa después de un intenso y agotador día. No la esperaba, no habíamos quedado para vernos, es más, llevaba muchos días sin saber de ella, no contestaba a mis llamadas. Ya estaba yo pensando que había sido abducida por alguno de los personajes de los sucesos que me narra. Sin más preliminares me pregunto «¿Tienes tiempo?».

―Sí, pero si no te importa preferiría que fuésemos a mi casa.

―No, hablemos ahora.

― ¿Por qué? ¿Qué pasa?

―Ya te lo diré más adelante, solo te contaré unas cuantas cosas, seré breve.

La verdad es que ya eran demasiadas respuestas para más adelante, pero os aseguro que las tengo apuntadas. Entramos a una cafetería en la Plaza de Sol. Le pregunté que donde se había metido todo este tiempo, me contestó que básicamente había dejado de verme para protegerme.

― ¿Protegerme? ¿De qué, de quienes? Vale, no digas nada, no puedes decírmelo y “ya me lo dirás más Adelante”.

―Pues eso mismo, pero ya puedes conocer mi verdadero nombre, me llamo Trínity.

―¿Me has dado un nombre falso?... Vale, vale, no pregunto por qué, ya sé lo que dirás, que me lo cuentas más adelante... Estábamos con el tema de la desconexión, porque de alguna manera me toca por dentro mis propios recuerdos de la infancia.

―Pues bien... Todo lo que te estoy narrando, no son más que mis propias experiencias; vistas a la luz del conocimiento que progresivamente he ido accediendo. Pero no siempre ha sido así, es decir, antes sólo existían todas estas vivencias que generaban en mí muchas interrogantes, además frustración y confusión al no saber interpretarlas. No pretendo ser protagonista de nada; sólo percibo y siento que debo comunicar todo esto, pero no de una manera teórica, ni como “un copia y pega” de lo que se me transmite, y que siento como certezas resonantes en mi corazón.

El conocimiento, verdaderamente consciente y humano, nos pertenece a todos; no existe un propietario o custodio que deba atesorarlo como suyo, haciéndolo registro de su propiedad y autoría. Así que cada persona transmisora del mismo, no es ni autora ni propietaria, y esas personas simplemente están al servicio de una red en cadena, en la cual de unos a otros se va pasando el testigo de dicho conocimiento. El trabajo consiste en ayudar a que otros también se vayan haciendo conscientes.

Así que sólo soy la autora y protagonista de las experiencias que te narro, y que el conocimiento consciente del que te hablo, me permite ahora comprender e interpretar; haciendo constructivas dichas vivencias, primero para mí misma, y luego al servicio de quienes resuenen con todo esto, aunque sea mínimamente; porque sienten dentro de sí mismos la inquietud de que nada es lo que parece, ni nada es como nos lo cuentan y siguen contando.

Tú eres una de esas personas; pero como nada se escapa a la vista de los gestores planetarios, siempre habrá interferencias y saboteos para impedirlo, esto es lo que ha estado sucediendo por estos días, en los que era imposible conectar contigo sin que corrieras peligro. Voy ahora a hacerte una pregunta ¿Estás totalmente segura de que quieres seguir recibiendo esta información? Has accedido a escucharme porque pensabas que me ayudabas con algo relacionado a una edición o publicación, pero no es así. Es el momento de que sepas realmente en que planeta vives. ¿Quieres saberlo?

―Me haces esta pregunta porque ya conoces la respuesta. Lo has dicho tú misma, es mi momento; has sabido observarlo, que es ahora. Pues sí, quiero. Pero qué hay de especial en mí para que te ocupes en ello, o esos que desconozco quiénes son, para que quieran evitar que te pongas en contacto conmigo.

―Debes evitar por todos los medios sentirte especial o superior en relación con otros. Hay muchos y muchas, no eres especial por esto. Precisamente; cuando alguien en actitud de maestro o maestra se te acerque "enjabonándote el ego" con algo así; pon en cuarentena sus intenciones. Te lo digo igual que todo lo demás, por experiencia; me ha pasado una vez, y cuando caes en la trampa de la superioridad espiritual, es complicado salir de ella, pues es un ego muy potente que te impide observar quien eres realmente.

―¿A ti te ha pasado?

―Sí, he sido tan mundana como cualquier otro; y es posible que esa pared que tenemos allí en frente, esté más consciente de lo que yo estuve alguna vez. Lo único que me ha diferenciado del resto, es haber nacido con algún "driver diferente en mi ordenador biológico", es decir en mi cerebro; esto por muchos años sólo me generó sufrimiento y soledad. Pero ya no, esto es pasado... Debo ausentarme por un determinado periodo de tiempo, pero volveremos a vernos. Sólo te digo que estés atenta a tus sueños.

―¿A mis sueños?

―Sí, a tus sueños, apúntalos.

martes, 2 de julio de 2019

CONVERSANDO CON TRÍNITY. La Fuente Primordial Vs. La Fuente Matrix. Crónica Nº 5 La Desconexión



No había tristeza en su mirada, ni rastro de alguna emoción melancólica o frustrante vinculada a su relato; aunque era triste, pero ella parecía haber superado todo aquello desde la comprensión y el conocimiento del porqué de sus vivencias. Ahora parecía entender tantas cosas, y eso le daba a todo lo que me contaba una tranquilidad que me transmitía como si hablase de otra persona. De algún personaje que no era ella.

Ese día decidimos darnos un paseo, eran mediados de primavera y el Parque del Retiro de Madrid nos regalaba todo su esplendor y el colorido de sus cuidados jardines.

―¿Cómo ha podido llegar a estas conclusiones? «Le pregunté».

Unar no contestó de inmediato, contemplaba a un grupo de gorriones que se esforzaban por desmigar un gran trozo de pan.

―Algunas personas nacemos con lo que posiblemente los gestores de este mundo llamarían "un fallo técnico". «Comenzó por fin a hablar». Ya sé que me preguntarás quienes son esos; ahora mismo no hablaré de ellos, pero puedes apuntar la pregunta para otro momento. Ya te he comentado anteriormente que en el avatar humano conviven dos conciencias, aunque no en todos se da esta característica.

―¿No en todos?

―Sí, no en todos, pero este también será tema para otra conversación; apúntalo, si quieres. «Prosiguió con su exposición» ... La personalidad física y sustituta, es la que viene programada con un paquete de vida específico, es autómata, tiene todo marcado para vivirlo en este mundo; nacimiento, parentescos, relaciones, lugar geográfico en el que nacerá y vivirá, destino, fecha de su muerte, etc... Nacemos con ese programa en estado latente, y a los tres años se activa, avasallando y encarcelando a la Esencia Original, silenciando cualquier posibilidad de que la misma nos saque del automatismo y el adoctrinamiento al que seremos expuestos.

A esta personalidad o programa sustituto, es a quien se le educa dentro de los formatos socio-culturales y religiosos de cada geografía planetaria, y también de acuerdo al núcleo familiar y estatus socio-económico del avatar humano.

Al convivir en el avatar humano ambas conciencias, y para no correr el riesgo de que la verdadera desprograme a la artificial con inquietudes y cuestionamientos; se nos inculca el concepto de un dios omnisciente, sabio y todo poderoso al que hay que obedecer ciegamente; se nos dice que es el diseñador de nuestro destino, el cual hay que acatar, ya que a través del mismo lograremos evolucionar...

Todo adoctrinamiento religioso, sea cual sea la religión en cualquier parte del mundo; no es más que un paquete de datos que se nos instala, para mantenernos confundidos y desorientados. Haciendo de los mismos avatares humanos los canales de dichos contenidos, y al mismo tiempo sus celosos guardianes para hacer que se cumplan los dogmas de los mismos. Ya conocemos la historia, no hay más que observar lo que se les ha hecho y se les sigue haciendo aún a las personas en algunas regiones del mundo, si se atreven a dudar o a renegar de su dios o religión imperante, países en lo que el sistema religioso es más rígido y opresor. Aunque en Occidente también lo ha sido en tiempos pasados. Pero en ambos hemisferios planetarios es un paquete envasado de culturas, costumbres, conceptos, etc.

―Y tú has creído alguna vez en ese dios que nos inculcan empaquetado en distintos modelos culturales. «Pregunté yo».

―Pues claro, como casi todos... También nos encontramos con el modismo de algunos occidentales, en pensar que los dioses orientales son los verdaderos, pero eso es absurdo.

La personalidad sustituta sostiene y custodia la creencia en ese dios con un cerrojo muy potente; ya que esta creencia ha sido diseñada de esa manera para implantarse en nosotros. De tal forma que muchos han sido capaces de hacer guerras, asesinar, dominar, y tantas cosas horribles en nombre de su dios. Y aunque muchos no lleguen a este nivel de acción; si tan sólo les insinúas que están siendo engañados con esa creencia, que todo en cuanto han creído de su bondadoso dios padre, es mentira; sentirán ante tus palabras tal grado de miedo, confusión, rabia, repulsión y hasta culpa sólo por escucharte. Es posible que se aparten de ti para siempre y te consideren una persona no grata en sus vidas. Sus autómatas les indicarán huir de ti. Así que la mayoría de las veces, quizás convenga permanecer callados, ya que cada quien, al parecer tiene su propio proceso personal, y es también absurdo y vano polemizar sobre quien ostenta la verdad.

―Entonces... ¿No hay nada ni nadie más allá? ¿Origen, Fuente de este mundo, de nosotros, ¿De todo esto?

―Claro que sí, pero no son ellos; digo ellos porque son muchos, no es uno solo. Ellos rigen este planeta y a este universo, pero no siempre fue así. Hay muchas teorías respecto a lo que era antes de todo. Hay quienes afirman que éramos individualidades interconectadas en sincronía perfecta con la Verdadera Fuente, pero libres, entidades lumínicas en permanente evolución desde la autodeterminación.  Que este universo fue invadido por razas alienígenas feroces y fuimos manipulados para convertirnos en una raza esclava. Hay otros, que hacen una mezcla entre creación y manipulación genética en muchas etapas, llegando a lo que es hoy en día es el homo sapiens...  Si quieres paro ya, tienes el ceño fruncido ¿Te duele la cabeza? «Un poco sí que me dolía, pero yo quería escuchar a donde iba a parar la charla de ese día».

―No, sigue, sigue. «Contesté».  Pero, ¿Quienes hicieron esto y para qué?

―Hay montón de literatura al respecto, muchos apuntan a razas alienígenas que llegaron al planeta en busca de recursos, especialmente oro. También nos han convertido en sus baterías energéticas, ya que somos quienes generamos la energía luz- materia a través de nuestra biología y mente, para alimentar energéticamente el mundo creado por los invasores.

―¡Impresionante! Pero cómo sabes esto, o dónde lo has leído, y si lo has leído, cómo puedes estar segura de que esto es así. «Ahora sí que me dolía mucho la cabeza, pero allí seguía, queriendo escuchar más».

―No conozco esta información desde siempre, no en esta vida; la he ido recibiendo de quienes van por delante en desarrollo cognitivo consciente, también de quienes están entre nosotros para ayudarnos a salir de la ignorancia, hipnosis y esclavismo planetario.  Las certezas o rechazos de los contenidos a los que accedo voluntariamente o me llegan por sincronías propias; nacen de mí misma, y esto es debido a que nací con un diminuto "fallo técnico", de acuerdo a los estándares de programación humana, pero no soy la única, ni tampoco esta es la única forma de resonar con estos contenidos.  Pero sea cual sea la versión real de nuestro origen y la causa del por qué está este planeta como está, esto no puede seguir así.   «Y Unar prosiguió relatando y explicando, no sin antes volver a interesarse por mi dolor de cabeza, pero yo no quería que parase, porque por alguna razón que ahora mismo no tenía clara; a mí también todo aquello me resonaba, o tenía sentido, aunque no le encontrase ninguna aparente conexión en mi propia y presente realidad».

―Por muchos años desde muy pequeña; recordaba un suceso, que por no encontrarle conexión con mi realidad de vida aquí, yo asociaba con un sueño. «Prosiguió Unar, ahora narrando aquel episodio de su vida» ...

Tenía unos tres o casi cuatro años, en la casa donde vivía con mi familia había un gran patio trasero; recuerdo estar jugando allí sola, y ver como un insecto negro y con un brillo metálico entraba por mi oído izquierdo; yo caía desplomada al suelo, muerta. Ya fuera del cuerpo, me vi a mí misma allí tirada, también vi a mi madre de pie junto a la puerta trasera de la casa, mirándome y moviendo su cabeza en señal de pesar y resignación. Ella no hizo nada más, no se acercó a socorrerme, no hizo nada; era como un hecho esperado y no había nada más que hacer, sólo aceptarlo sin más.

También recuerdo con nitidez el día siguiente de aquello. Mi abuela, la madre de mi madre, vivía en la misma calle, a unas dos o tres casas más de la nuestra. A partir de esa mañana tengo recuerdos precisos de esta actual vida, y la sensación de que, desde ese día, en cuanto a mi personalidad principal; y aún a pesar de la experiencia de sentirme desconectada, algo de mi Esencia Original me seguía acompañando, y yo seguía sintiéndola como parte de mí. Pero la sensación de ese día después, fue como de "aterrizaje a este mundo". Recuerdo aquel momento con todas sus sensaciones; de pie en la sala comedor de mi abuela, mirando a un montón de personas que eran tíos, tías, primos, primas; escudriñando sus caras, sus voces y no reconocer a ninguno de ellos. Recuerdo aquella dolorosa emoción de soledad profunda que me acompañó durante casi toda mi vida, y que apenas he superado hace pocos años.

También había preguntas en mi cabecita infantil ¿Cómo llegue aquí? ¿Quiénes son todos ellos y ellas? ¿Por qué me tratan como si supiesen quien soy, si yo no les recuerdo de nada? Sólo reconocía ese día a mi madre, porque en la sueño-visión de la noche anterior la había visto, pero aun así no me sentía unida a ella, me resultaban extraños su olor y también muy doloroso su desapego por mí. Recuerdo después de aquello una larga temporada, posiblemente uno o dos años, en los que lloraba mucho, y no quería que mi madre me dejase a solas o con otras personas del entorno familiar.

―¿Y qué hay de tu padre? ¿Tampoco a él le reconocías?

―Sí, a él y a su padre, o sea, a él y a mi abuelo... Pero ya te hablaré en otro momento de ellos. Lo que pasa es que a mi padre le veía poco porque trabajaba mucho, y mi abuelo vivía en otra ciudad.

―¿Y cómo estás tan segura de que aquello fue una visión y no un sueño?