Si permito ser habitada por aquello;
aquello anulado en mí,
dando a esa esencia su centro;
desprogramando al intruso inquilino...
Cuando mi brújula se alinea
con quien soy realmente;
esta nave es conducida
por su capitán verdadero...
Este capitán que sabe y observa,
conociendo su camino y su destino,
desde su pecho su dirección orienta;
naciendo la prudencia, la cautela...
Al dejar de ser engañada por los sentidos,
por la adoctrinada conducción planetaria,
por el carcelero y estereotipado tiempo
por la hueca cacofonía de las palabras...
Prudencia y no paranoia,
porque la prudencia es nítida, serena,
libre de compulsiones irracionales,
y la paranoia es inducida y tóxica.
Capitán interno con brújula propia,
dejando de viajar movida por otros vientos,
y aún conociendo el mar que navego,
prosigo navegando sin miedos...
Conociendo las trampas del pirateo,
sin alianzas con piratas de la verdad;
navegando con prudencia,
sabiendo que se hace en mar enemigo y turbulento.
Nury Barrios
31/10/2020
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Hola,asi de repente aprendiz en todo,vi este lugar y esta muy interesante.
ResponderEliminarFeliz Domingo Otraocy.