Si me recuerdo amada, amándome;
sentiré también que te amo,
siendo la mano que delicada se extiende,
y mi boca emite palabras amables.
Si te escucho sin prejuicios ni juicios,
comprendiendo nuestros momentos,
nuestros procesos individuales,
sin tendenciosas y ásperas palabras.
Si te observo y me veo a mi misma
transitando otros momentos,
sin debatir tus ideas, elecciones...
Y mis palabras no entorpecen tu camino.
Si mi presencia sincera
facilita un momento, unas horas,
un breve encuentro, una amistad,
una convivencia honesta, amable...
Si mis gestos, palabras, acciones;
viajan movidas por mi intención,
amorosa intención que siempre precede,
y carente de expresiones hirientes.
Si puedo verme reflejada en ti;
agradecida, nutrida por tu actitud cortés;
entregando la cortesía que siento merecer,
siendo aquella que ama porque se ama a sí misma.
Un ser que se ama...
puede verse a sí mismo en la mirada del otro;
nutriendo los encuentros con su mejor intención,
intención entregada desde la cortesía.
Nury Barrios
20/10/20